La sostenibilidad: factor fundamental del agro

El agro representa una oportunidad para desarrollar región y construir país, de esta manera, es fundamental orientar las acciones del sector hacia el uso responsable de los recursos, para lograr un negocio perdurable en el cual no sólo se busque un crecimiento económico sino un desarrollo sostenible que permita apuntar al progreso de los trabajadores, las comunidades, la región y el país.

Para lograr lo anterior, se deben promover iniciativas que fomenten el empleo digno, el progreso y la estabilidad para la región en la cual se opera, tarea que involucra la construcción de relaciones cercanas con las comunidades de las que hacemos parte.

También es fundamental reconocer el valor de la tierra como el recurso primario para el desarrollo de la agricultura, es por esto que se entiende que el equilibrio del ecosistema depende del respeto que se les dé a los recursos que tomamos y utilizamos a diario para nuestra supervivencia. En este sentido, desde el trabajo sostenible del agro es importante hacer ejercicios de compensación y mitigación de los impactos que genera el desarrollo del negocio, como cuidar el recurso hídrico, trabajar en la reducción de la huella de carbono, mantener los ecosistemas, cuidar las especies de fauna y flora, así como gestionar los residuos.

En esta línea, existen iniciativas y certificaciones nacionales e internacionales para garantizar el cuidado del medio ambiente, la salud y las condiciones laborales adecuadas, entre otras, que no solo brindan una guía para una efectiva implementación de un programa de responsabilidad social y cumplimiento de normas, sino que son una herramienta efectiva para lograr el bienestar de todos los actores que intervienen en la cadena de agro, desde trabajadores y comunidades, hasta la empresa.

El sector agrícola del país, específicamente el bananero, desde hace varios años ha puesto como bandera de su operación la sostenibilidad ambiental y social, velando por las condiciones laborales de sus trabajadores y el cuidado del medio ambiente. De esta manera es importante resaltar algunas de las buenas prácticas que pueden llevar a un correcto desempeño empresarial en el agro sostenible:

• Diálogo con los grupos de interés: con el cual se busca un acercamiento con el fin de conocer sus opiniones de cara a todas las labores que desempeña la empresa a nivel económico, social y ambiental para así lograr alinear la estrategia con las expectativas de éstos.
• Construcción del tejido social: se busca trabajar con las comunidades vulnerables del área de influencia con el fin de fortalecer sus proyectos de vida, impulsado en el fomento del bienestar para con ello suplir necesidades identificadas que abarcan la salud, la educación, la vivienda, la alimentación y el desarrollo de actividades culturales y deportivas; llevando a cabo proyectos sociales que aporten al progreso de la comunidad en la que se opera.
• Respeto al ecosistema: entendiendo la necesidad de habitar y hacer uso de los ecosistemas, bajo una mirada respetuosa se debe promover el cuidado los recursos, protegiendo las fuentes hídricas, mitigando la huella de carbono y fomentando la disminución del consumo de energía, reduciendo de manera decidida la contaminación y gestionando el cuidado de la flora y la fauna.
• Cadena de Valor: desde la visión de negocio es fundamental cumplir con la propuesta de valor para lo cual la implementación de un modelo de gestión competitivo con altos estándares de calidad, excelencia operativa y control de procesos, son claves para generar confianza frente a los clientes. Todo esto enmarcado en el desarrollo de buenas prácticas y planes de mejora que permitan un excelente desempeño de la operación, al tiempo que se cuidan los recursos y se trabaja de la mano de la gente.

Adicional a todas estas buenas prácticas, que deben estar comprendidas dentro de las políticas corporativas, es de resaltar la importancia de garantizar la rectitud, transparencia e igualdad de condiciones en las relaciones con los grupos de interés para así poder llegar a una efectiva implementación de la responsabilidad social corporativa que deriva en el correcto manejo ambiental y social buscando generar un impacto positivo que involucre a todos los actores, aportando al desarrollo sostenible de la empresa, las comunidades de su área de influencia, la región y el país.